Leyendo
a Jose Mª Doria, descubrimos que las sombras psicológicas se tratan de aquellos
pensamientos y sentimientos no aceptados, reprimidos y enterrados; que han
tomado vida en lo profundo de nuestra mente.
Son
la parte reprimida de nuestro ego y se refiere a los aspectos de nosotros
mismos que nos resulta difíciles de reconocer y aceptar.
Es
fácil encontrarlas, observa bajo la máscara de tu yo consciente y comprueba que
descansan ocultos todo tipo de emociones y conductas negativas: rabia, celos, vergüenza,
mentiras, resentimiento, culpa, lujuria, orgullo e incluso tendencias asesinas
y suicidas.
A
esto le llamamos sombra personal, y la podemos cazar en cualquier tipo de
exageración, tanto en aversiones como en fascinaciones.
Es
decir que cada vez que respondo exageradamente a favor o en contra de algo,
entonces podemos sospechar que me encuentro en territorio de la sombra.
Por
ejemplo aquello que no soporto de los demás, son aquellos atributos que nos
desagradan de nosotros mismos.
Las
sombras son intrusos del inconsciente, irrupciones espontáneas de complejos
enquistados; por ello el encuentro terapéutico con la sombra suele llegar en la
madurez, cuando sentimos que nuestras esperanzas se tambalean, nuestra vida se
estanca, perdemos el interés por las cosas y por el sentido de la vida.
Es,
en estos momentos, cuando logramos auxiliarnos con un cristal en particular, la
Malaquita; ella saca a la superficie todo lo que ocultamos, pensamientos
negativos, tóxicos, sentimientos reprimidos que constantemente nos están
saboteando e incluso manifestándose en dolencias físicas.
Es
la piedra perfecta para transmutar la sombra a nivel emocional, observa sus
espirales, como si fueran los rincones oscuros y ocultos de tu subconsciente.
Ella te ayudará a eliminar esos rincones, sacando a la luz tu saboteador
interno, aquel que te estanca y obstaculiza tus metas y proyectos,
facilitándote la liberación, el soltar, puesto que es magnifica para expulsar
la negatividad y liberar los antiguos traumas enquistados, la mayoría de ellos
adquiridos en la infancia.
Llevar
una malaquita en colgante, pulsera, pendientes o bien en canto rodado te pone
de frente con tu bloqueo y lo transmuta, ayudándote a romper lazos con el pasado,
reprogramándote y sacando tu poder interior, por tanto es recomendable para
conseguir salir de un trauma o drama emocional, pues saca a la luz secretos,
engaños, sabotajes que te haces a ti mismo y a otras personas.
La
curación de la sombra es también cuestión de amor. Amarse a uno mismo.
Meditación
de la Malaquita: ¿A qué me estoy aferrando?
Busca
un lugar cómodo y tranquilo para meditar.
Respira
de manera natural y pausada mientras te abstraes del mundo exterior y te
concentras en el cristal.
Contempla
sus espirales, y sumérgete en sus líneas conectando con tu yo interior.
Cierra
los ojos y relájate...cuando estés preparado, ponte el cristal en el plexo
solar.
Pide
al cristal que te informe de a qué te estas aferrando y que necesitas soltar.
Reconoce si hay algún patrón que repites y déjalo ir con amor.
Reconoce
cualquier emoción que surja y suéltala con suavidad. Si notas en tu cuerpo
alguna tensión o dolor, respira suavemente y suéltalas. Si tienes un bloqueo en
el corazón disuélvelo y llena ese lugar de amor y perdón.
Ahora
pide a la malaquita que te muestre cómo el pasado está afectando a tu presente,
en cualquier faceta de tu vida. Y como tu mente contaminada y tóxica por esas
emociones controlan tu vida. Es el momento de renunciar conscientemente a todo
aquello que ya no te sirve, reconócelo y deja que sea absorbido por el cristal
de transmutación. Suelta, perdona desde el corazón.
Pide
al cristal que te muestre tu poder, liberándote del dolor, de la ira, de la
culpa... pide al cristal que te manifieste tu nueva realidad, que te abra
puertas, que te muestre caminos....
Pregunta
a la Malaquita si tiene alguna otra información y espera calladamente la
respuesta.
Antes
de terminar pide al cristal que expulse y transmute cualquier energía negativa
o desarmonía que no haya sido liberada.
Ahora
siente que te envuelve la protección de la Malaquita. Siente su fuerza, su
conexión con la tierra, y vuelve de nuevo al presente. Cuando lo sientas, da
gracias al cristal, a su vibración, abre los ojos, contempla, comprende y
disuelve.
Venya
Devi.